La misión de la Antroposofía es verter en los moldes conceptuales de las mentes, todo lo que puede contribuir a adquirir conceptos claros y veraces del suceso del Gólgota, a travé de sus revelaciones sobre el mundo espiritual, puede arrojar luz sobre tales sucesos.
"La tarea del hombre es construir por medio de sus propios poderes, una Tierra que habrá de ser el cuerpo de un nuevo Dios, del Dios del futuro. Y mientras los hombres del pasado
dirigían sus miradas a los Dioses del pasado anhelantes de unirse con ellos al morir, Novalis reconoce al Dios que en su advenimiento tendrá como cuerpo aquello que en nosotros es lo mejor y que
podemos ofrendarle".
Novalis
Hay mucha gente que niega al Cristo. La negación del CRISTO, la Ciencia Espiritual la considera como algo que propiamente es una cuestión del destino y que concierne a la vida
psíquica humana. . Negar a Dios: una enfermedad; negar a Cristo: una desgracia. Poder encontrar al Cristo, ésto es de cierto modo un asunto del destino, es de cierto modo algo que debe
relacionarse con el karma del hombre. Es una desgracia no tener relación con el Cristo.
El acontecimiento más importante de la historia terrestre es el Misterio del Gólgota, distinguiendo en el curso de la historia los acontecimientos que preceden este misterio de
aquellos que le han seguido.
Cuando observamos la vida de la Tierra hasta el acontecimiento del Gólgota, encontramos que no se hallaba presente la entidad del Cristo: él es esperado sobre la tierra pero todavía no está
presente, reside aún en su existencia solar.
El impulso del Cristo ha sido decisivo para la existencia terrestre, como para la vida Solar. Es necesario hacer grandes esfuerzos para profundizar nuestra vida espiritual hasta el punto de
poder hacer la experiencia del Cristo, a fin de poder unirnos íntimamente con El, y ser impregnados por El.
Después del Misterio del Gólgota nos es necesario profundizar tanto como nos sea posible a través de la contemplación del propio Misterio del Gólgota, viviendo enteramente en ese Misterio y
participando de la vida del Cristo. Es solamente de esta manera que podemos reunir durante nuestra vida terrestre, y en plena libertad de conciencia, las fuerzas que nos llevarán, a través de la
muerte, a obtener la capacidad de contemplar la entidad humana en la existencia solar.
Cristo vino a la tierra y removió la influencia de Lucifer y Ahrimán en el momento exactamente oportuno, eliminando la causa de todo lo que traía la muerte al mundo.
Era precisa la intervención de un Ser que no hubiera tenido nada que ver con ninguna causa de la muerte. Nada de lo originado por Lucifer y Ahrimán, ni con los hechos humanos individuales acaecidos bajo la influencia de ellos.
Solo una muerte totalmente inmerecida e inocente, sufrida por alguien sin culpa, podría extinguir toda muerte culpable.
Así la muerte en el Gólgota suministró la prueba, que habrá de ser comprendida poco a poco por la humanidad, de que la muerte es el Padre Eterno. Y , una vez que hayamos adquirido una visión correcta de la muerte, y que hayamos comprendido que el suceso del Gólgota, la muerte externa no tiene importancia, y que en el cuerpo de Jesús de Nazaret habitaba Cristo con quién nos podemos unir, una vez que nos hallamos dado cuenta de lo que Cristo consiguió, aun cuando veamos la imagen de la muerte colgando de la Cruz, al considerar la muerte como un evento meramente externo y al percatarnos de que Su Vida en el cuerpo etéreo fue lo mismo después que antes de la muerte, y que por tanto la muerte no puede afectar a la vida, una vez que hayamos entendido que se trata de una muerte que, no solo es incapaz de extinguir la vida sino que ella misma es Vida, entonces Cristo en la Cruz se convierte en el emblema eterno de que en verdad la muerte es la fuente de la vida.
…Pero que fue exactamente lo que produjo el suceso del Gólgota.
Sabemos que el cuarto principio humano es el YO y que la sangre es su instrumento físico externo. La sangre es la expresión del YO y su deterioro progresivo provocó como consecuencia que el Yo cayera progresivamente en maya o ilusión.
El poder creciente del Yo se debe a la sangre. A su vez, el ser capaz de distinguirse del mundo espiritual se debe al YO.
Para adquirir estas capacidades fue necesario nublar temporalmente su visión del mundo espiritual, y el procedimiento fue a través de la muerte.
Si el hombre hubiera sabido siempre que la muerte es la semilla de la vida, no hubiera alcanzado la necesaria independencia para su Yo, pues hubiera permanecido unido al mundo espiritual. Sin embargo aparece la muerte, dándole la ilusión de estar separado del mundo espiritual y el YO se adiestró en cuanto a la independencia.
Pero el YO se hizo cada vez más independiente, exageró su independencia, fue más allá de cierto punto. Este efecto sobre el Yo podía contrarrestarse retirando la fuerza que lo había originado. El factor del egoísmo hubo de ser eliminado. Esto sucedió cuando sobrevino la muerte de Cristo en la Cruz y la sangre fluyó de sus heridas.
En la sangre fluyendo de sus heridas tenemos el símbolo del egoísmo excesivo del yo humano.
Sino hubiera fluido en el Gólgota, el ser humano se hubiera endurecido en su egoísmo y se hubiera visto abocado gradualmente a una dependencia total del mundo externo y de sus impresiones. Hubiera llegado a olvidar la existencia del mundo espiritual.
La sangre que fluyó en el Gólgota proporcionó el impulso para la desaparición gradual de las fuerzas que hacen al Yo egoísta.
Pero todo suceso físico tiene su contrapartida espiritual y asi, cuando la sangre de Cristo fluyó de sus heridas en el Gólgota, tuvo un suceso espiritual correspondiente. En ese momento por primera vez centellaron rayos de la Tierra al Cosmos. La tierra se había vuelto más y más obscura en el transcurso del tiempo, hasta el hecho del Gólgota. Fluye sangre de Cristo en el Gólgota y la Tierra comienza a irradiar Luz. El hecho del Gólgota infundió a la Tierra una luz astral que se volverá etérea y por último física.
.....….Si visualizamos la época del Gólgota y la comparamos con otra anterior, encontramos que entonces en la tierra no quedaba nada que pudiera infundir nueva vida en los cuerpos etéreos de los seres humanos.
Después encontramos que los cuerpos etéreos de aquellos que se encontraron en contacto con el Impulso de Crístico habían sido irradiados; las personas que entendieron a Cristo absorbieron la nueva fuerza radiante que había estado en la Tierra desde entonces. Y la Luz de Cristo ha penetrado en sus cuerpos etéricos.
¿Qué es lo que sucede ahora, que hay algo de Luz de Cristo en los cuerpos etéreos? ¿Qué ocurre en la parte del cuerpo etéreo que ha recibido la Luz de Cristo? ¿Qué sucede tras la muerte? ¿Qué es lo que permea el cuerpo etéreo como resultado del impulso de Cristo?
Es algo que no existía previamente y ofrece la posibilidad de que aparezca algo nuevo que transpira vida y es inmortal puesto que no perece con la muerte. A pesar de que el hombre está equivocado por la imagen ilusoria de la muerte, este nuevo factor está rescatado de la muerte, que no tendrá parte en él.
Desde el Gólgota existe algo en el cuerpo etéreo que no está sujeto a la muerte, ni a las fuerzas terrenas de la muerte. Y ésto que no participa de la muerte y que los seres humanos conseguirán gradualmente por la influencia del Impulso Cristico resplandece hacia el Cosmos, genera -en proporción a su intensidad en el ser humano- una fuerza que fluye hacia el espacio cósmico. Y esta fuerza creará una esfera circundando la Tierra que se está transformando en Sol.
Alrededor de la Tierra se está formando una esfera compuesta de los cuerpos etéreos insulfados de vida. Como la Luz de Cristo irradia de la Tierra, así hay una suerte de reflejo que circunda la Tierra.
Lo que se refleja como la Luz de Cristo y aparece como el suceso del Gólgota, es lo que él llamo Espíritu Santo.
Asi como el suceso del Gólgota constituyó el Primer Impulso para que la Tierra se transformara en Sol, así desde entonces la Tierra se tornó creativa, rodeándose de un anillo espiritual que en el futuro se convertirá en una especie de planeta que dará vueltas alrededor de la Tierra.
Así comenzó con el suceso del Gólgota, un proceso importantísimo que desde entonces se ha estado desarrollando en el Cosmos. Cuando se levantó la Cruz en el Gólgota y la Sangre fluyó de las heridas de Cristo-Jesús, se creó un nuevo centro cósmico. Estuvimos presentes cuando esto ocurrió, en un cuerpo físico o bien fuera de él. Así comienzan su existencia los nuevos mundos. Al contemplar a Cristo agonizante, asistimos a la génesis de un nuevo Sol.